Con el antecedente
inmediato de la arquitectura carolingia, durante el siglo X comienza a
vislumbrarse en Europa una nueva forma estética que alcanzará su esplendor
durante los siglos XI y XII y que es considerada la primera manifestación
artística de carácter internacional: el Románico.
En esta época la
arquitectura resulta ser la gran aglutinadora del resto de artes plásticas
(pintura, escultura…), pues éstas, necesariamente, deben supeditarse al marco
arquitectónico en que se ubican.
El Románico es un arte
eminentemente arquitectónico y religioso. En esta época en la que la Iglesia se
reordena, se homogeniza y alcanza un grado de consolidación del que antes no
había gozado. Esto último se debió, en gran medida, a la reforma de la orden
benedictina que se llevó a cabo desde Cluny y que se extendió a una velocidad
asombrosa por gran parte de países europeos, contribuyendo a dar uniformidad,
entre otras cosas, a las expresiones artísticas. Focillon afirmó, con bastante
acierto, que el Románico era la primera definición de Occidente.
Capitel del claustro de San
Pedro de Moissac
1. ALGUNOS ASPECTOS SOBRE EL ARTE ROMÁNICO
El término Románico es introducido por de Gerville en 1818,
para poner de relieve el carácter “romance” de la arquitectura de los siglos XI
y XII frente a la arquitectura gótica, de carácter “germánico”. También hay
quien afirma que la denominación de Románico procede de la posibilidad de que
éste fuese considerado _aún hoy algunos autores plantean esta posibilidad_ una
derivación del arte romano.
El Románico supone, ante todo, la culminación o síntesis de una serie de corrientes
artísticas anteriores. En él se amalgaman el arte romano, islámico, bizantino y
bárbaro dando lugar al primer estilo unitario que, desde Francia, se va
extendiendo por muchos otros países europeos.
Existe una serie de aspectos esenciales sin los cuales nos
resultaría muy difícil entender las manifestaciones artísticas que marcan el
nacimiento del arte Románico:
- · El terror del año 1000
La inquietud por la llegada del fin del mundo sigue pesando
sobre la sociedad e impulsa la construcción de infinidad de edificios
religiosos, primero con la finalidad de expiar los pecados y purificar el
espíritu y después para agradecer a Dios su bondad, una vez que había pasado la
tan temida fecha y se había comprobado que nada de lo que anunciaban los textos
apocalípticos había tenido lugar.
- · Las peregrinaciones
Roma, Jerusalén y Santiago de Compostela son los tres lugares
a los que los fieles acuden en masa para visitar las reliquias que se albergan
en templos construidos expresamente para este fin. Además de los tres citados
anteriormente, existen otros lugares muy visitados como Saint Sernin (San Saturnino) de
Toulouse, San Marcial de Limoges,
Santa Fe de Conques o la Cámara Santa de la catedral de Oviedo.
Necesariamente, las rutas que conducen a estos lugares se habrán de convertir
en importantes vías de intercambio, no sólo económico, sino también artístico y
cultural.
- · Las Cruzadas
Comienzan en el siglo XI para desempeñar dos importantes
papeles. En primer lugar el de reconquistar los Santos Lugares y más tarde el
de garantizar la seguridad de los peregrinos.
En Tierra Santa y durante casi doscientos años, se producirán
constantes enfrentamientos entre cristianos y musulmanes _que acaban alzándose
con la victoria en 1187_ al considerarse, estos últimos, dueños legítimos de
los territorios en litigio.
A esto se han de sumar algunos conflictos que tenían lugar en
el interior de las iglesias ante el gran número de visitantes que acudían con
el fin de venerar las reliquias. Así nos lo confirma el siguiente texto de
Bernardo, maestrescuela de Angers, acerca de la venerada tuba de san Marcial: En medio de la Cuaresma, durante las
vigilias de la noche, una gran multitud de gente entró en el santuario y se
apretó alrededor de la tumba del santo. Más de cincuenta hombres y mujeres se
pisotearon unos a otros y murieron en el interior de la iglesia. Fueron
enterrados al día siguiente.
- · Los patrocinadores o comitentes del Románico
Las órdenes monásticas, de modo muy especial la orden de
Cluny, así como la monarquía y la nobleza, serán los promotores de la mayoría
de las manifestaciones artísticas. Se genera una gran solidaridad entre los
monjes y los aristócratas, puesto que muchos de ellos encuentran en los
monasterios un lugar adecuado para su formación, al ser éstos los lugares en
que se concentraba todo el saber y el pensamiento del mundo clásico.
- · Los artistas
Se agrupaban en cuadrillas volantes que, para atender a sus
encargos, deben moverse de país en país con sorprendente rapidez. Así, el
artista románico se convierte en un efectivo transmisor de las formas
artísticas.
Tapiz de Bayeux. Batalla entre normandos y
sajones. Museo de la Reina Matilde. Bayeux
2. LA ARQUITECTURA ROMÁNICA
2.1. Características generales
Apenas vamos a encontrar en la arquitectura románica
novedades constructivas. Los elementos que se emplean existen ya en el arte
romano, bizantino, islámico y bárbaro; la novedad estriba en la manera en que todos
estos elementos se fusionan para permitir la aparición de un nuevo estilo.
Debemos advertir que el románico va a adoptar muchas formas dependiendo, no
sólo del país que se estudie, sino también de la región, siendo de esta manera
un estilo de gran riqueza y variedad. Para ello es importante que acometamos
con reservas el estudio de las características generales de la arquitectura que
se exponen:
- · Las plantas de los edificios románicos suelen tener forma de cruz latina de tres o cinco naves con un crucero bastante pronunciado que, a su vez, podía estar dividido en otras tres naves. En la cabecera aparecen pequeñas capillas radiales que reciben la denominación de absidiolos y que servían para que se desarrollasen otras liturgias sin interrumpir el culto que tenía lugar en la central. En el punto en que se cruza la nave central con el crucero se coloca el cimborrio con forma de torre, que tiene la función de remarcar en altura este espacio que antecede al altar.
Cabecera de la Basílica
de Santa Magdalena de Vézelay. Borgoña
- · A los pies de la iglesia podían aparecer unas torres que son una reminiscencia del westwerk carolingio y que no en todos los casos se conservan.
- · En las iglesias de peregrinación aparece un elemento muy novedoso que se mantendrá durante el Gótico: la girola o deambulatorio. Se forma al unirse las naves laterales por detrás de la central, creando tras la cabecera un espacio transitable, que tenía la finalidad de permitir el movimiento de los peregrinos sin interrumpir el culto que se desarrollaba en la nave central.
- · El material constructivo esencial es la piedra cortada en sillares regulares. Los muros se rellenan con materiales de menor calidad como el ripio, pequeñas piedras que ayudan a que los muros asienten bien.
- · Los espacios se cubren con bóvedas de cañón reforzadas con arcos fajones que permiten su segmentación en varios tramos. En el exterior, los arcos fajones se corresponden con los contrafuertes, conteniéndose así los empujes laterales de la pesada cubierta pétrea. Este elemento aparece ya en el prerrománico asturiano, en edificios como Santa María del Naranco. Además se recurre a los arcos formeros, paralelos al eje longitudinal de la nave. Para los espacios cuadrados se empleaba la bóveda de arista formada por la intersección de dos bóvedas de cañón. La zona del ábside se cubre con bóveda de cuarto de esfera o de horno.
- · El arco característico de este estilo es de medio punto que también puede aparecer doblado, es decir, uno mayor cobijando a otro de menores dimensiones, o peraltado.
- · El elemento sustentante por excelencia es el pilar de sección circular o cruciforme, al que se adosan columnillas denominadas baquetones. Su incorporación al espacio arquitectónico se hace imprescindible para sujetar las pesadísimas cubiertas pétreas.
- · La decoración del edificio es otro elemento de gran importancia donde abundan los motivos geométricos: ajedrezado, rollos, puntas de sierra, zigzag, bolas, clavos, etc.
Durante los siglos de preeminencia del Románico las tipologías
constructivas más interesantes que se realizaron son las iglesias y los
monasterios. Las iglesias son de
planta de cruz latina de una o tres naves, dependiendo de las necesidades y la
riqueza de la misma. Excepcionalmente, se encuentran edificaciones con cinco
naves. El edificio románico presenta grandes problemas de iluminación; la
dificultad en abrir vanos a través de unos muros extraordinariamente gruesos
intenta solventarse haciendo la nave central más ancha y elevada que las
laterales, espacio que se aprovecha para ubicar las ventanas. La poca luz que tienen estas iglesias
entra por escasos vanos fuertemente abocinados (más anchos en el exterior que
en el interior) y se concentra en puntos concretos, creando un clima muy
propicio para la oración y el recogimiento.
Los monasterios se construían lejos de los núcleos
urbanos manteniendo, en muchos casos, el esquema del monasterio carolingio de Saint-Gall. Los cluniacenses, que
desempeñarán un papel fundamental en la difusión del Románico dada la
importancia que adquirieron en toda Europa, va a ser la que establezca un
modelo de monasterio de validez casi universal. La abadía originaria de Cluny es conocida gracias a las
investigaciones y reconstrucciones que ha realizado, entre otros, Conant. Sabemos
que constaba de una sala capitular, locutorio, dormitorio en el primer piso con
noventa y siete ventanas, una para cada monje, refectorio, cocina, bodega, enfermería,
hospedería, baños turcos, iglesia, el claustro _con funciones de oratorio y
paseo_, y la huerta. El monasterio es un universo aislado y autosuficiente que
contaba con una fuente de ingresos excepcional: la generosidad de los nobles y
de los peregrinos que los visitaban.
Arco fajón
Se emplea este término para designar a aquellos arcos que se
disponen transversalmente a lo largo de la bóveda de cañón con el fin de
reforzarla. También reciben la denominación de perpiaños.
2.2. Arquitectura románica francesa
En Francia, cuna de la arquitectura románica, encontramos una
gran variedad regional y, por lo tanto, resulta bastante complejo enunciar unas
características generales válidas para toda la arquitectura románica francesa.
Por esta razón nos ocuparemos del estudio del Románico francés analizando las
particularidades de cada una de las regiones en que se desarrolló de forma más
brillante.
Borgoña: durante el siglo XI se construyen
importantes edificios en esta zona. La
Magdalena de Vézelay es uno de los ejemplos importantes que sí conservamos.
Es un edificio de grandes dimensiones destinado a albergar un importante número
de pergrinos. Carente de triforio, la nave central se cubre con bóvedas de
arista separadas por arcos fajones, en los que las dovelas alternan el rojo y
el blanco. La policromía es un elemento que también tendrá mucha importancia en
los edificios italianos. San Lázaro de
Autun fue primero un templo destinado a custodiar las reliquias de este
santo y más tarde alcanzó el grado de catedral.
Normandía: es un foco artístico de sumo interés.
Las construcciones normandas se caracterizan por exhibir formas geométricas
puras, poco decoradas, con dos torres en la fachada y los sillares
correctamente escuadrados y aparejados. En el interior se cubrían con madera
que más tarde sería sustituida por piedra. El principal exponente de esta zona
es la Catedral de Caen. Una vez que
los normandos conquisten Inglaterra, el Románico normando desempeñará un papel
fundamental en el desarrollo del Románico y del Gótico inglés.
Provenza: en esta región la arquitectura no
presenta grandes novedades desde el punto de vista técnico y formal. Son
edificios de gran simplicidad influidos por el arte romano. Uno de los ejemplos
más significativos es Saint Gilles de Gard,
en una de las etapas del Camino de Santiago. La portada de esta iglesia llama
la atención por organizarse como si se tratase de un arco de triunfo romano.
Otra importante obra de la región es San
Trófimo de Arlés, que como la anterior presenta grandes similitudes con los
arcos triunfales latinos.
Fachada de San Trófimo. Arlés
Auvernia: en esta zona se encuentra el viejo
monasterio carolingio de Santa Fe de
Conques, que más tarde se transformaría en iglesia para albergar las
reliquias de santa Fe, siguiendo el modelo de templo de peregrinación que
analizaremos con detenimiento al hablar de Santiago
de Compostela. En la misma región se levanta Saint-Sernin de Toulouse, asimismo dentro del esquema de iglesia de
peregrinación.
Poitou: la peculiaridad en esta zona es que
los edificios tienden a igualar en altura la nave central con las laterales
como sucede en Nuestra Señora de Poitiers.
Perigord: las iglesias de esta región
constituyen un grupo homogéneo de edificios que emplea cúpulas dispuestas a lo
largo de los tramos de la nave central. La iglesia de Saint Front del Périgueux sigue el modelo de San Marcos de Venecia. La planta es cruciforme y en ella se puede
observar una cúpula en cada brazo de la misma. Tanto en Poitou como en el
Perigord, se mantienen elementos constructivos del mundo bizantino y se emplean
cúpulas recubiertas de escamas que constituirán un notable influjo sobre la
arquitectura española de finales del siglo XII.
San Lázaro de Autun
Fue consagrada en el año 1130 y terminada definitivamente en
1146. Se trata de una obra de gran
belleza debido a sus esbeltas proporciones. Su portada, realizada por el
maestro Gislebertus, guarda una estrecha relación estilística con la de
Vézelay.
Las columnas que
sostienen la casa son los obispos, sobre los que se apoya
la estructura de la Iglesia, merced a sus vidas, columnas que, a causa de su
sonoridad argéntea, se dice que hablan tan divinos, como el Cantar de los
Cantares.
Sicardo de Cremona
2.3. Arquitectura románica italiana
Italia es, en estos momentos, un territorio fraccionado en
diversas realidades políticas que se encuentra condicionado por dos aspectos;
por un lado, el peso de la tradición del mundo clásico y por otro, el
conocimiento de la cultura bizantina. Para su estudio, la dividiremos en tres
áreas diferentes.
Norte: la arquitectura de esta área se
caracteriza por recoger la tradición paleocristiana de cubierta abovedada sobre
pilares. Los muros se decoran con arquillos ciegos y bandas verticales
denominados arcos y bandas lombardas, que se disponen en la superficie del
muro. El edificio más significativo es San
Ambrosio de Milán, aunque también merecen destacarse San Abundio de Como o San
Zenón de Verona.
Iglesia de San Abundio. Como
Centro: proliferan las tipologías sencillas
en que lo decorativo desempeña un papel preponderante. El conjunto más
importante es el de la Catedral de Pisa _célebre
no sólo por la torre inclinada_, en la que el baptisterio, la torre y la
iglesia aparecen separados como sucedía en Rávena. Fue proyectada por el
maestro Boschetto. San Miniato al Monte,
en Florencia, está revestido con mármoles de diferentes colores dispuestos
geométricamente.
Sur: en esta zona sobresale la
arquitectura siciliana, crisol cultural en el que se funden lo clásico, lo
islámico, lo bizantino y lo normando. En Monreale
se unen las columnas, arcuaciones, el transepto y la fachada de la arquitectura
europea, con los arcos entrecruzados del arte islámico y los mosaicos del
bizantino. Además de esta debemos citar la
Catedral de Cefalú y la Capilla
Palatina de Palermo.
Interior de la Catedral
de Cefalú. Sicilia
La capilla Palatina de
Palermo
Fue realizada por Ruggero II
y es el oratorio del Palacio de los Normandos. Se trata de una estructura de planta
basilical con tres naves separadas por columnas que sustentan arcos de
herradura de clara reminiscencia islámica.
2.4. Arquitectura románica alemana
Tanto en Alemania como en Suiza pervive el esquema
constructivo de los Otones, grandioso y monumental. Las características
generales de la arquitectura germana son las siguientes:
- · Las cubiertas de la nave central, de madera en las primeras construcciones románicas, evoluciona de forma paulatina hacia la piedra. Se prefiere la bóveda de arista a la de cañón, lo que ocasiona la creación de espacios muy fragmentados.
- · Es frecuente encontrar dos ábsides contrapuestos con sus correspondientes estructuras torreadas. Esta estructura evolucionará dando origen a complejas soluciones arquitectónicas. Esto hunde sus raíces en el uso del westwerk, del que ya hemos tenido oportunidad de hablar en el apartado correspondiente a la arquitectura prerrománica.
- · Las naves suelen ser muy elevadas y el crucero doble. Los capiteles muchas veces son cúbicos, muy macizos y están escasamente ornamentados.
Aunque se inician en el siglo XI, las grandes catedrales
románicas alemanas de Worms, Spira y Maguncia son remodeladas según los
gustos estéticos del XII. San Miguel de
Hildesheim es uno de los edificios que algunos autores consideran prerrománicos,
mientras que otros los engloban dentro ya de la arquitectura románica alemana.
Exterior de San
Miguel de Hildesheim
Interior de San
Miguel de Hildesheim
El esplendor y la expansión territorial alcanzados por el
país durante el reinado de los Hohenstaufen, permitieron entrar en contacto con
el arte del norte de Italia y con el borgoñón, estilos que se unen a lo
carolingio y otoniano. Alemania extendió su influencia a Hungría y a otros
países centroeuropeos.
2.5. Arquitectura románica inglesa
Al analizar el románico inglés, resulta primordial no obviar
un elemento que influye, de manera determinante, en la peculiaridad de su
arquitectura: desde 1066 es territorio normando.
- · En Inglaterra es bastante infrecuente encontrar iglesias con deambulatorio o girola.
- · Las cabeceras son cuadradas.
- · Todas las iglesias tienen cruceros sobresalientes en planta.
- · Los fustes de las columnas aparecen decorados frente a los capiteles desnudos.
- · Las fachadas son lisas, con poca decoración y flanqueadas por torres cuadrangulares.
- La arquitectura inglesa, lo mismo que la normanda, evolucionará hacia el Gótico muy rápidamente.
- En edificios como la Catedral de Durham se emplearán bóvedas de crucería muy pronto, concretamente en el siglo XI. Éste es uno de los edificios más representativos del Románico inglés. Tiene tres naves, transepto bastante desarrollado y dos torres a los pies. Los vanos son muy pequeños y los pilares que separan la nave central de las naves laterales, muy achaparrados, lo que contribuye a acentuar la sensación de pesadez que produce este edificio.
Interior de la Catedral de Durham
3. LA ESCULTURA ROMÁNICA
3.1. Su funcionalidad y sus fuentes
San Gregorio Magno definiría la escultura románica como Biblia pauperum (la Biblia de los
pobres). Y es que, efectivamente, más allá de su función meramente decorativa,
la escultura resulta en esta época un elemento doctrinal de primera magnitud.
Se decoran las portadas de las iglesias, los capiteles, los aleros y las
cornisas, los claustros de los monasterios…, y con ello, el pueblo, en su
inmensa mayoría ágrafo, se acerca a las verdades de la fe cristiana. Por esta
razón, en esta época era muy importante la figura del teólogo, que indicaba al
artista cómo debían ser las imágenes que representaba en lugares que la mayor
parte de la gente podía contemplar. El artista no era totalmente libre, pero sí
tenía un pequeño margen para canalizar su creatividad dentro de los programas
iconográficos férreamente establecidos. Es obvio decir que la escultura aparece
indisolublemente ligada a la arquitectura.
Las funciones de las que se nutre el escultor románico pudieron
ser las siguientes:
· Los manuscritos: hoy sabemos con bastante certeza que el Pórtico de Moissac, por ejemplo, es
la copia de un manuscrito del siglo X que no se conserva. Los textos transmiten
imágenes y modelos iconográficos y especialmente los bestiarios que son una
fuente inagotable para las representaciones de los fantásticos que pueblan los
capiteles románicos.
Portada de San
Pedro de Moissac
- · La pintura mural: en los primeros momentos del Románico se decoraba el interior de los edificios y de modo especial, el ábside, con frescos que empleaban temáticas que más tarde se trasladarían a las portadas monumentales.
- · Los tejidos: procedentes de Oriente, llegaban a Occidente envolviendo las reliquias. Estaban decorados con animales afrontados, rampantes o semirrampantes, lacerías, aves, serpientes, etc. Algunos de estos tejidos se utilizaron para revestir las mismas arquetas donde se guardaban las reliquias.
El espacio-límite no
solamente modera la propagación de los relieves, los excesos de salientes, el
desorden de los volúmenes, que tiende a contenerlos en una masa única, sino que
obra sobre el modelado del que reprime las ondulaciones y el desorden, se
contenta con sugerirlo por acentos.
Henri Focillon
3.2. La temática. La concepción estética del hombre
Como se comentó en la introducción, los temas vienen dados por el terror del año 1000 que aún sigue
impregnando el ambiente. El Apocalipsis,
junto con los restantes textos bíblicos, son puntos de referencia esenciales
para poder comprender una portada románica. En el tímpano, solemos encontrar la
imagen de Cristo en Majestad o Pantocrátor que con una mano bendice y
con la otra sujeta el Libro de la Revelación (el Apocalipsis de san Juan) o la bola del mundo. Cristo aparece
representado dentro de una mandorla.
En torno a él encontramos el Tetramorfos
o, lo que es lo mismo, los símbolos de los cuatro evangelistas: san Juan
representado como un águila, san Marcos como un león, san Lucas como un toro y
san Mateo como el hombre. Además del Tetramorfos, se encuentran ángeles que
portan los símbolos de la Pasión de Cristo y los veinticuatro ancianos del Apocalipsis. Es muy frecuente el tema
del apostolado situado en las jambas. Las figuras que se disponen en las jambas
y en el parteluz suelen ser personajes que han estado en la tierra y que han
sacralizados, de tal modo que adquieren la función de mediar entre Dios y los
hombres.
Otros temas bastante comunes son el del Cordero
apocalíptico, el Crismón o la imagen de Dios padre con Cristo sobre su regazo.
En los capiteles se
representan temas vegetales y animalísticos o diversas escenas del Antiguo y
Nuevo Testamento.
Capitel románico de una iglesia en la
provincia de Palencia
La necesidad de transmitir un mensaje hace que la plástica
románica sea tremendamente simbólica y antinaturalista. Se pierde el interés por la proporción y la belleza del cuerpo humano,
más bien se pretende dar primacía a la vida espiritual del ser humano. Se trata
de un intento por plasmar en la obra la espiritualidad del individuo.
En el Románico las figuras se someten absolutamente al marco
arquitectónico son desproporcionadas. En las representaciones del cuerpo humano se subraya la cabeza, que
adquiere un mayor tamaño. En los rostros sobresalen, llamando poderosamente
nuestra atención, los ojos, que conectan la imagen con el espectador. En este
sentido es posible establecer una conexión con las artes figurativas
bizantinas, en las que también los ojos son la parte de la imagen que capta con
mayor fuerza nuestra atención. También son importantes las manos: es frecuente
que Dios se represente como una mano que impone su voluntad, como en la portada del Cordero de San Isidro de León,
o por remitirnos a ejemplos anteriores, en San
Pedro de la Nave, en el capitel que hace referencia al sacrificio de Isaac.
La anatomía se oculta bajo los ropajes, cuyos pliegues aparecen pobremente
representados y excesivamente geometrizados. Los únicos desnudos del Románico
son los de Adán y Eva y las representaciones del alma, que puede aparecer como
una pequeña figura asexuada o femenina.
Detalle de la portada de Santa
Fe de Conques
Hoy se sabe que muchas de las portadas, por no decir la
mayoría, estaban policromadas, aunque se haya perdido el color en casi todos
los casos. Es posible que los colores tuviesen un fuerte papel dentro del
simbolismo del Románico.
A medida que pasa el tiempo la escultura evoluciona y se
torna más naturalista. Comienza a ganar independencia con respecto al marco
arquitectónico, mejora el tratamiento de los pliegues y se alcanza una mayor
rigurosidad anatómica. Para conocer estas transformaciones habrá que esperar
hasta el siglo XII.
La mandorla
Es un término de origen italiano que significa almendra. Con
él se designa el halo de forma, tal y como su propio nombre indica, almendrado,
símbolo de la divinidad de Cristo.
En el
tímpano de la iglesia de San Lázaro de
Autun es posible leer la siguiente inscripción: Gislebertus me hizo. Esta obra, en la que se puede ver un Cristo en
Majestad está con bastante seguridad inspirada en la portada occidental de
Vézelay.
3.3. La escultura románica francesa
Los conjuntos escultóricos franceses, junto con los
españoles, son los más ricos que se conservan. Como principales focos podemos
encontrar:
Borgoña: dentro de esta área se sitúa la Magdalena de Vézelay con una
iconografía muy discutida. Algunos autores señalan que se trata de la escena de
Pentecostés, mientras que otros piensan que es una missio apostolorum, escena en la que san Pedro y san Pablo ponen a
los apóstoles a los pies de Cristo. Las figuras poseen un canon bastante
alargado y los pliegues de los ropajes, muy finos y concéntricos, recuerdan a
algunos trabajos de esmalte, incluso de marfil. Son también igualmente
elegantes y esbeltas las figuras de San
Lázaro de Autun, realizadas por el maestro Gislebertus. En el tímpano, se
representa el Juicio Final con Cristo rodeado por los condenados y los
elegidos. Una de las imágenes más conocidas de la plástica de este momento es
la de Eva escondiéndose entre la maleza. El tratamiento de su cuerpo es estilizado
y naturalista, y en su rostro es posible percibir alguna expresión, aspectos
todos ellos bastante inusuales para el momento en que fue realizada.
Pórtico de la Iglesia Santa
Magdalena de Vézelay
Languedoc: es la zona más próxima a España y,
por tanto, donde se percibe mayor número de influencias recíprocas. San Pedro de Moissac tiene decoración
escultórica en los capiteles del claustro y en la portada de la iglesia, en la
que encontramos a Cristo en majestad, el Tetramorfos y los veinticuatro ancianos
del Apocalipsis, los cuales sobresalen notablemente del marco con la cabeza
orientada hacia la imagen de Cristo. Saint
Sernin de Toulouse tiene cierto parecido con Moissac y con la portada de
Platerías de Santiago de Compostela.
Provenza: las obras más
importantes se sitúan en la segunda mitad del siglo XII y están marcadas por el
Clasicismo, lo mismo que sucedía con su arquitectura. Las figuras de las
portadas nos recuerdan a las imágenes de los sarcófagos romanos. Los ejemplos
más interesantes son San Trófimo de Arlés
y Saint Gilles du Gard.
Poitou: la decoración, en este caso, se
extiende por las fachadas. El principal exponente es Nuestra Señora la Grande de Piotiers.
El Pórtico Real de Chartres: ejecutado a mediados del siglo XII,
es un preludio del Gótico aunque las estatuas-columna estén aún excesivamente
sometidas al marco arquitectónico. La proximidad de la plástica gótica se
percibe en los cuerpos bastante más estilizados y el tratamiento de los
pliegues ligeramente más ágil, aunque todavía excesivamente estáticos.
Detalle del Portico
Real de Chartres
3.4. La escultura románica en el resto de los países europeos
Además de Francia, trataremos aunque de manera más
superficial la escultura en países como Italia, Alemania e Inglaterra, en los
que adquirió un interés nada despreciable.
Italia: conocemos a la mayoría de los
artistas que trabajan allí. Sabemos que el maestro
Guillermo trabajó en la Catedral de
Verona con la colaboración del maestro
Nicolás.
Benedetto Antelami (1100-50) es otro importante autor italiano del que no
sabemos casi nada, aparte de que se movió sobre todo por Parma y que estuvo
fuertemente influido por el arte francés. Sus obras más importantes son el
púlpito y el baptisterio de la catedral de Parma. De este conjunto sobresale un
relieve del Descendimiento. Podemos decir que su estilo se aproxima bastante al
del Gótico por la estilización de las figuras y una captación anatómica más
naturalista.
Benedetto Antelami: Descendimiento.
Catedral de Parma
Alemania: en Hildesheim se crea una conocida
escuela de broncistas de la que posiblemente salió un autor de origen alemán
que trabajó en Verona en la realización de las
puertas de San Zenón, caracterizadas por un relieve suelto y movido.
Puertas de San
Zenón. Verona
En Alemania encontraremos pilas bautismales que son
verdaderos trabajos monumentales como la de la
Catedral de Hildesheim, de un relieve muy alto que pudo haber inspirado el arca de San Isidoro de León, así como
bellos relicarios de formas arquitectónicas.
Inglaterra: los normandos valoraron de un modo
especial la arquitectura en detrimento de la escultura. Por ello, en el siglo
XII, los escultores carecían del bagaje poseído por los artistas de otros
países, debiendo comenzar desde el principio y tomando la miniatura como fuente
de inspiración. El renacer de la plástica se produce en Canterbury. En este
período se lleva a cabo la puerta del
Prior de Ely.
Puerta del Prior. Catedral de Ely
La puerta del Prior de
la catedral de Ely
Es, con bastante seguridad, anterior a 1139. En el tímpano
aparece Cristo en majestad en el interior de una mandorla que sujetan ángeles
cuyas alas tienen perfiles casi metálicos. La decoración vegetal que enmarca
esta escena recuerda a los trabajos de marfil de posible influencia nórdica.
La iglesia románica
Como corresponde a la
influencia de sus constructores, estas iglesias románicas son edificios
imponentes y poderosos, expresión de un poder ilimitado y de unos medios
inagotables. Se les ha llamado “fortalezas de Dios”, y realmente son grandes,
firmes y macizas, como los castillos y fortalezas de la época; y son, además
demasiado grandes para los fines mismos. Pero no fueron construidas para los
fieles, sino para la gloria de Dios, y sirven, lo mismo que las construcciones
sagradas del antiguo Oriente […] para simbolizar la suprema autoridad. La
iglesia bizantina de Santa Sofía tenía, ciertamente, dimensiones enormes, pero
su grandeza estaba fundada en razones prácticas, pues era la iglesia principal de
una metrópoli cosmopolita. Las iglesias románicas se encuentran, por el
contrario, en pequeñas ciudades tranquilas, pues en el Occidente ya no existían
grandes ciudades.
(HAUSER, A. Historia
social de la literatura y el arte, 1988)
A FONDO
LA CATEDRAL DE PISA
La construcción del conjunto pisano se inició gracias a un
botín conseguido por la flota de esa ciudad en un enfrentamiento contra los
musulmanes, que por aquel entonces estaban establecidos en Sicilia.
Este magnífico conjunto está integrado por la iglesia, el
baptisterio y la torre. El primer arquitecto que intervino en su realización
fue Buscheto, al que se ubica cronológicamente entre finales del siglo XI y
principios del XII. A la muerte de Buscheto ésta fue finalizada por Rainaldo,
cuyo nombre se puede encontrar en un epígrafe de la fachada de la catedral.
La planta de la iglesia es de cruz latina y consta de cinco
naves y un crucero de tres naves. En el centro de éste se ubica una cúpula de
sección elíptica. El ábside está, en este caso, muy desarrollado. La nave
central está cubierta con madera y las laterales con bóvedas de arista, muy frecuentes
en la arquitectura románica. Tanto la planta como el alzado de la iglesia nos
recuerdan a las priimitivas basílicas cristianas.
El baptisterio, espacio de planta central en el que
se ubica la pila bautismal y consagrado a la administración de esta sacramento,
se inició en el año 1153 y es obra de Diotisalvi, al que se atribuye la parte
inferior del mismo. Se cree que este arquitecto, sobre el que no se tienen
datos muy concretos, pudo trabajar, además, en la iglesia del Santo Sepulcro de Pisa. El baptisterio está cubierto
por una cúpula cónica que se apoya sobre un círculo interior de columnas. En el
baptisterio se conserva una bellísima pila bautismal en la que se puede leer el
nombre de su artífice: Guido Bigarelli, también conocido como Guido da Como. A
este escultor se le atribuyen otras obras como el Púlpito de San Bartolomeo in Pantano, en Pistoia.
La torre que realizaba las funciones de campanario o campanile, como se denomina en italiano,
se encuentra separada del resto de los edificios, lo que es característico
desde un primer momento en la arquitectura medieval italiana, tal y como
podemos ver en algunos edificios ravenantes. Consta de ocho pisos de los cuales
el último tiene un menor diámetro que los anteriores. Este edificio presenta
grandes problemas de cimentación que los constructores se encontraron ya en el
mismo momento de su realización. En este sentido, debemos tener bien presente
que la inclinación que experimenta esta torre no es, en absoluto, un problema
aparecido recientemente. Existen infinidad de propuestas arquitectónicas que
pretenden frenar el imparable derrumbamiento del campanile, pero ninguna de ellas ha resultado válida, por tanto, la
destrucción es casi un hecho inevitable.
A este soberbio conjunto arquitectónico hay que añadir el
recinto marmóreo que rodea el camposanto de forma rectangular, obra de Giovanni
di Simone. Consta de una serie de arcos de medio punto y cuatro pórticos
abiertos hacia el interior. Las arcadas cuadriformes fueron realizadas en el
siglo XV. Encima de una de las puertas de acceso se puede ver un tabernáculo
gótico, obra de uno de los integrantes de la escuela de Nino Pisano. En el
exterior está decorada con pinturas al fresco, entre las que sobresalen las que
ejecutó el pintor de origen florentino Buffalmacco.
Uno de los elementos esenciales de esta obra son las columnas
que, en algún caso, es posible que se hayan reaprovechado de edificios romanos.
También son hermosísimas las arquerías ciegas que recorren las fachadas, muy
características de la arquitectura románica italiana, y los mármoles que
revisten las superficies de los muros, en los que se alternan bandas polícromas
que rompen la monotonía del muro introduciendo una nota cromática. Este aspecto
perdurará en la arquitectura gótica italiana. Las columnas, distribuidas
rítmicamente por las fachadas o, como en el caso de la torre, envolviendo
literalmente el edificio, lo mismo que la bicromía del muro, están
remitiéndonos constantemente a la arquitectura romana, que pervivió arraigada
con más intensidad que en ningún otro país a lo largo de todo el Medievo. Esta
influencia latente de lo romano aflora definitivamente con la llegada del
Renacimiento.
El estilo del románico pisano que encontramos en este
conjunto se repite en otras construcciones de similares características, como San Pablo y San Frediano de Pisa, San Miguel en Lucca y el Duomo (catedral) de Massa Maritima.
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