viernes, 19 de febrero de 2016

El Neoclasicismo

En esta especie de movimiento pendular que es la Historia del Arte, de la misma manera que al sensato Renacimiento siguió la "locura" del Barroco, éste tenía, a su vez, que ser enterrado por una nueva búsqueda de "sensatez" que, entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, dio lugar al Neoclasicismo. La Razón, a la que en tantas ocasiones apelaron los ilustrados, es considerada en este momento como el arma más valiosa de la que se puede valer el ser humano, y lleva a poner en tela de juicio cosas en las que el hombre barroco creía ciegamente. Sólo la Razón podrá ofrecer la serenidad y el equilibrio que tanto interesa a los neoclásicos.
Durante estos años tienen lugar las primeras excavaciones arqueológicas que permitieron un conocimiento más real de lo que pudo ser el mundo clásico. En este sentido, la recreación del arte clásico, en la que personajes como Napoleón pusieron un empeño especial, está más cerca de la realidad de lo que lo estuvo el arte corolingio o el Renacimiento.

Ingres: Edipo explica el enigma a la esfinge. Museo del Louvre. París


1. CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL NEOCLASISCISMO

El Neoclasicismo es un estilo artístico surgido en torno a 1750 que debe ser interpretado, ante todo, como una reacción contra el decorativismo y la exuberancia que caracterizó al Rococó. Como hemos tenido ocasión de ver, la vuelta al mundo clásico es algo que ya se ha producido en momentos anteriores de la Historia del Arte, pero fue en el Renacimiento cuando este retorno al pasado se produce con mayor veracidad. Existe una serie de factores que es necesario señalar para poder comprender adecuadamente lo que implica el Neoclasicismo:
  • El mundo clásico y el nacimiento de la arqueología
En estos momentos están teniendo lugar las primeras excavaciones arqueológicas que permitieron un conocimiento más profundo de la Antigüedad clásica. Carlos III, antes de abandonar su reino de Nápoles para convertirse en rey español, promueve las excavaciones de Pompeya y Herculano y se descubren los magníficos templos dóricos de Sicilia en muy buen estado de conservación. 
  • La Ilustración
Aparece un movimiento intelectual caracterizado por la confianza en la Razón y el deseo de reorganizar la sociedad a través de ella. Esto condujo, entre otras cosas, a poner en tela de juicio la autoridad de la Monarquía Absoluta que ejercía el poder de modo tiránico sin respetar los derechos individuales. El pensamiento ilustrado confía plenamente en el ser humano y en sus posibilidades y defiende a las clases medias en ascenso que proclaman la Democracia. Para ello, se toman como ejemplo fragmentos de la historia antigua. Estamos, por tanto, ante un nuevo Humanismo y una visión optimista de la historia que confía en el progreso y en el avance del ser humano.
  • Los viajes 
Se crean, sobre todo en Inglaterra, sociedades de amigos de la Antigüedad que organizan viajes a lejanos lugares. Algunos de estos viajeros hacen bocetos de las ruinas que contemplan durante sus estancias. Son especialmente interesantes los que realizó Piranesi de la arquitectura romana. Estos dibujos, no sólo ejercieron una gran influencia en su tiempo, sino que también van a ser decisivos después de su muerte.

Piranesi: Bocetos

  • Winckelmann y la Historia del Arte. Las academias
Winckelmann será el creador de un estudio de la Historia del Arte entendida como el desarrollo histórico de los estilos. Se encargó de analizar sistemáticamente un grupo de obras y se interesó de modo especial por el arte clásico y, más concretamente, por el griego. Publicó un libro titulado La Historia del Arte antiguo. Defendió con vehemencia la estética del mundo clásico y la opuso a la del Barroco. Por otro lado, surgen las academias que se encargarán de dar uniformidad al gusto de la época y de buscar un arte único que se debe inspirar en el arte griego, al que consideraban el más perfecto de todos y, por tanto, insuperable, especialmente la arquitectura dórica.

  • Renacimiento/Neoclasicismo 
En ambos casos se vuelven los ojos al mundo clásico, pero mientras que en el Renacimiento se prefiere el arte romano, en el Neoclasicismo se decantarán por el griego.


2. LA ARQUITECTURA NEOCLÁSICA

2.1. La arquitectura neoclásica en Francia

Para el estudio de la arquitectura neoclásica en Francia es necesario señalar que existieron dos líneas bien diferentes basadas en dos concepciones arquitectónicas distintas. Por un lado, una que imita el Clasicismo y que sirve para simbolizar el poder y, por otro, una corriente más funcional y regenerativa, representada por los que han sido denominados "arquitectos revolucionarios".

Jacques-Germain Soufflot (1713-1780) es uno de los principales arquitectos neoclásicos franceses. Fue a Italia y allí visitó Paestum con la intención de conocer el arte clásico. Su obra maestra es la iglesia de Santa Genoveva (1791), panteón de hombres ilustres, que está inspirada en San Pedro de Roma y en San Pablo de Londres. Laugier dijo de ella que se trataba del "primer ejemplo de arquitectura perfecta". Sobre la planta de cruz griega se erige una inmensa cúpula rodeada de columnas. En la parte frontal encontramos un pórtico culminado por un frontón triangular decorado con relieves.

Pierre Vignon (1726-1828) es famoso por ser el arquitecto que diseñó la Madeleine de París, edificio inspirado en la Maison Carrée. Se trata de un imponente templo corintio erigido sobre un alto podio. En él confluyen dos de las premisas fundamentales de la arquitectura neoclásica: la simplicidad y la pureza de líneas.

Pierre Vignon: La Madeleine. París

Durante este siglo se construyeron en París algunos arcos del triunfo de los que tan sólo se conservan dos, el más conocido es el Arco del Triunfo del Carrusel de Percier y Fontaine, dos arquitectos que fueron elegidos expresamente por Napoleón para llevar a cabo este proyecto. Este arco marcaba la entrada al Palacio de las Tullerías recreando, no sólo la sobriedad del mundo griego, sino también la fastuosidad de Roma.

Percier y Fontaine: El Arco del Triunfo del Carrusel. París

Ledoux y Boullée han pasado a la historia de la arquitectura como "arquitectos revolucionarios". Étienne-Louis Boullée (1728-1799) tendrá más trascendencia artística que Ledoux. En realidad, muchas de sus obras, por su marcado carácter utópico, quedaron en simples proyectos que nunca se llegaron a construir. La mayor parte de éstos se caracterizan por la audacia con que maneja las formas geométricas. Entre sus proyectos se encuentran la Iglesia Metropolitana (1783) y el Cenotafio de Newton (1784).

Claude-Nicolas Ledoux (1736-1806) fue arquitecto del rey Luis XVI. Desde un primer barroquismo evolucionó hacia un modo mucho más innovador de entender la arquitectura. Le sucedió lo mismo que a Boullée, es decir, que sus ideas no llegaron a materializarse por ser demasiado audaces. Le influyeron mucho los dibujos de Piranesi. Trató de que los edificios se adecuasen a la función para la que eran diseñados, así por ejemplo, hace una Casa para cuatro familias que, si bien desde el exterior transmite sensación de unidad, en el interior permite que cada familia tenga su espacio propio e independiente del resto. 

Ledoux: Proyecto


2.2. Arquitectura neoclásica en Alemania

El edificio más característico de la arquitectura neoclásica alemana es la simbólica Puerta de Brandenburgo (1789-1794) en la ciudad de Berlín, de Carl Gotthard Langhans (1732-1808), su obra más importante, que recuerda tremendamente a los propíleos de Atenas. Este tipo de entrada ceremonial se va a repetir en Europa a lo largo del siglo XIX. Langhans es un arquitecto que, antes de establecerse de un modo más o menos definitivo en Alemania, viaja por diferentes países europeos como Italia, Francia, Holanda e Inglaterra. Junto a Langhans sobresale en Alemania Leo von Klenze (1784-1846), artista interesado de un modo especial en la arquitectura griega aunque conocía bastante bien otros estilos. Su principal obra es la Gliptoteca de Múnich (1816-1830), ciudad en la que desarrolló la mayor parte de su trabajo. Es el primer edificio de la historia de la arquitectura realizado expresamente para ser un museo, es decir, un lugar de exposición pública de objetos artísticos (en este caso esculturas). Además de la Gliptoteca nos deberemos referir a la fachada meridional de la Residen (1826-1835), inspirada en el palacio Pitti de Florencia.

Von Klenze: Gliptoteca. Múnich


2.3. Arquitectura neoclásica en Inglaterra y Estados Unidos

El Neoclasicismo tuvo bastante difusión en Inglaterra, en contraste con el escaso interés que había despertado el Barroco. Palladio, tanto aquí como en los Estados Unidos, va a ser el arquitecto más imitado. Robert Adam (1728-1792) es el mejor arquitecto neoclásico de Inglaterra quien, no sólo sobresalió en la arquitectura, sino también en la decoración de interiores, muebles, etc. Es elegante pero sin afectación y posee un profundo conocimiento de los modelos de la Antigüedad. Viajó a Italia, donde conoció las obras de Piranesi, así como Pompeya y Herculano. Junto a su hermano James, proyectó un gran número de residencias para las clases altas londinenses. Algunas de sus obras más importantes son Kedleston Hall en Derbyshire y la residencia Adelphi (1768) sobre el Támesis, hoy desaparecida. 

Sir Robert Smirke (1780-1867) es quien mejor supo resucitar el espíritu de la arquitectura griega. Viajó por Italia y Grecia y dibujó los edificios que iba encontrando a su paso por estos países. Sus obras maestras son el Museo Británico de Londres (1823-1847), con una impactante columnata jónica que le da una gran elegancia y dignidad, y la Oficina Central de Correos en esta misma ciudad (1824-1829).

En Estados Unidos el Neoclasicismo se emplea para los edificios del gobierno. Thomas Jefferson (1743-1826) fue, además de tercer presidente de los Estados Unidos y redactor de la Constitución de ese país, un destacado arquitecto y buen conocedor de la arquitectura palladiana. Entre sus diseños cuenta el Capitolio del Estado de Virginia, inspirado en la Maison Carrée de Nimes. Al mismo tiempo, su figura fue esencial en la planificación de la nueva capital federal: Washington. Su deseo de crear un orden específicamente americano le llevó a idear unos capiteles decorados con mazorcas de maíz. 

Thorton y Bulfinch son los artífices del Capitolio de Washington, símbolo de la recién nacida democracia americana. Las similitudes con Santa Genovesa de Soufflot son más que evidentes.


2.4. Arquitectura neoclásica en España 

España es uno de los países que con más energía luchó contra el Barroco que había alcanzado límites verdaderamente insospechados. El gran baluarte de esta encarnizada lucha fue la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando con Mengs a la cabeza. Instada en un edificio de Churriguera en la calle madrileña de Alcalá, el edificio fue desprovisto en su fachada de todo aquello que los arquitectos neoclásicos van a considerar excesos decorativos. Este organismo se encargó de difundir el arte neoclásico a través de distintos esfuerzos, concediendo, por ejemplo, becas de estudio en Roma.

Fachada de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Madrid

Francesco Sabatini (1722-1797) era de origen italiano, y había trabajado ya en la corte de Nápoles para el rey Carlos III, lo que motivó que éste le hiciera venir con él a España. Desde una formación barroca evoluciona hacia el Clasicismo y una mayor simplicidad arquitectónica. Intervino en el Palacio Real de Madrid junto con Juvara y en 1764 inicia la Puerta de Alcalá (1764-1778) en la que todavía se puede hablar de un cierto barroquismo, puesto que juega con las luces y las sombras que proporcionan los elementos salientes de la misma. Aunque hoy en día ha perdido su funcionalidad original, la puerta servía para cerrar la muralla de la ciudad.

Sabatini: La Puerta de Alcalá. Madrid

Ventura Rodríguez (1717-1785) intervino, al igual que Sabatini, en el Palacio Real de Madrid al lado de Juvara. En las obras de Rodríguez hay todavía muchos elementos barrocos y, para ser más precisos, del Barroco romano de Borromini. Así queda reflejado en la planta de la iglesia de San Marcos de Madrid, parecida a la de Sant'Andrea del Quirinal de Bernini. Paulatinamente se va aproximando al Neoclasicismo con obras como la fachada principal de la Catedral de Pamplona (1738), en la que se adelanta un pórtico coronado por un frontón que se sustenta con cuatro columnas corintias.

Juan de Villanueva (1739-1811) es el representante más importante del Neoclasicismo en España. Estudió en Roma como becario de la Academia y, a su vuelta a España, conoció la obra de Ventura Rodríguez por el que estuvo influido durante cierto tiempo. Analizó profundamente El Escorial, lo cual se percibe en algunos de sus edificios más importantes como la Casita de Arriba y la de Abajo en El Escorial (1773). Sus dos obras más interesantes son el Museo del Prado (1785) y el Observatorio Astronómico (1790). En el Museo del Prado, creado en un principio para ser un museo de Ciencias Naturales, alterna la piedra con el ladrillo, algo muy característico del Barroco madrileño. La rotonda de este edificio, que se halla en la parte central del mismo, está inspirada en el Panteón de Roma y, como en él, permite que entre una luz cenital a través del óculo. Estamos ante edificios de una pureza inusitada en nuestra arquitectura que desborda la mentalidad tradicional.

Villanueva: Museo del Prado. Madrid


3. LA ESCULTURA NEOCLÁSICA

La escultura neoclásica pretende volver al mundo clásico en forma y contenido. En estos momentos resurge con fuerza el relieve (precisamente ahora se trasladan los relieves del Partenón a Londres) aunque también será frecuente que se hagan grupos escultóricos. El retrato romano ejercerá gran influencia en los que se realicen durante este período, puesto que una de las prioridades del mismo es devolver la dignidad y la elegancia al personaje retratado, en definitiva, pretenderá ennoblecerle. El principal material que se va a utilizar es el mármol tratando de que no se produzca ninguna sensación de claroscuro, para lo cual se trabajan muchísimo las superficies. El mármol blanco e inmaculado se prefirió en un intento de imitar la escultura clásica _en ese momento se desconocía que gran parte de las esculturas clásicas eran polícromas y que su actual aspecto, no era más que fruto del lógico deterioro del paso del tiempo_. La sensación que se desprende al contemplar una escultura neoclásica es de increíble perfección técnica pero, al mismo tiempo, de enorme frialdad, ya que se eluden los movimientos bruscos y la teatralidad en favor de la proporción y el orden. Se busca ante todo el equilibrio, el sosiego y la serenidad que, muchas veces, se traduce en expresiones de melancolía.

Canova: Venus itálica. Galería Pitti. Florencia


Uno de los más brillantes escultores neoclásicos es Antonio Canova (1757-1822), artista de origen italiano. Conoció los relieves del Partenón y la escultura griega a través de las copias romanas. Esculpió héroes que representaban. con su enorme dignidad, los más altos valores del ser humano. En sus primeras obras todavía hay resabios de barroquismo (Monumento funerario de Clemente XIII y Clemente XIV) que comienza a superar en una de sus más grandiosas creaciones: El enterramiento de María Cristina de Austria (1798-1805). En ella, un conjunto de personajes forman una especie de escena teatral para entrar en la tumba de María Cristina. Representó un gran número de figuras mitológicas como El Amor y Psyche. Una de las obras de Canova que más fama ha adquirido es el retrato de Paulina Bonaparte, hermana de Napoleón, representada como Venus victoriosa (1804-1808), dotada de una gracia y un encanto que caracterizó a la mayoría de sus retratos y que se debe poner, necesariamente, en relación con el cuadro de David titulado Madame Récamier.  

Canova: Paulina Bonaparte como Venus victoriosa. Galería Borghese. Roma


De nacionalidad danesa, Bertel Thörvaldsen (1770-1844) estudió Bellas Artes en Copenhague, donde obtendría una beca para ir a estudiar a Roma. Se sentía profundamente apegado a la escultura clásica griega, incluso se cree que tenía una colección propia y colaboró en la restauración de las esculturas de Egina. Los personajes mitológicos, dioses y héroes de Thörvaldsen poseen una elegancia y majestuosidad que pocos escultores han conseguido plasmar en sus figuras (Jasón y el vellocino de oro [1801], Las tres Gracias [1818], y Ganímides). Hizo un buen número de retratos de importantes personajes como el príncipe Poniatowski (1817) y Maximiliano de Baviera.

Thörwaldsen: Jasón y el vellocino de oro. Museo Thörwaldsen. Copenhage


Jean-Antoine Houdon (1741-1828) es uno de los mejores retratistas que ha dado la Historia del Arte francés. En él existen todavía algunos elementos procedentes de la escultura rococó, que conviven con aspectos puramente neoclásicos. Conoce Italia a los dieciséis años. A partir de su regreso a Francia inicia la actividad como retratista de los más importantes personajes de su tiempo: Lafayette, Rousseau, Voltaire (1778), Napoleón (1806), etc. Sus retratos están dotados de un gran naturalismo ya que, en ocasiones, utilizaba mascarillas de cera para dar una mayor fidelidad a sus representaciones. Junto a la representación fidedigna de los rasgos físicos del personaje, hay que resaltar la capacidad de Houdon para penetrar en la psicología del retratado. 

Houdon: Retrato de Voltaire. Museo Victoria and Albert. Londres


4. LA PINTURA NEOCLÁSICA

4.1. La pintura neoclásica en Francia

Francia es el país en el que con más fuerza se desarrolló la pintura durante el Neoclasicismo. Fue la manifestación artística en la que los artistas tuvieron que recurrir con mayor frecuencia a la improvisación, debiendo tratar de imaginar cómo pudo ser la pintura clásica, puesto que, exceptuando las pinturas pompeyanas, muy poco es lo que se conserva. Su inspiración estará fundamentalmente en los relieves. Se produce una exaltación del dibujo frente al color. 

Una de las figuras fundamentales de la pintura neoclásica es Jacques Louis David (1748-1825). Su punto de partida fue la estética rococó, de hecho Fragonard le conocía y le había recomendado para decorar la casa de un importante bailarín del momento. Poco a poco irá transformando su arte para aproximarse a las nuevas tendencias y convertirse en un naturalista clasicista. También se aprecia un proceso evolutivo en cuanto a la elección de su temática que, de frívola e intrascendente, pasará a ser más comprometida y a buscar la exaltación de la libertad, la virtud cívica y el heroísmo. En este sentido es un pintor políticamente comprometido con los ideales de la Revolución Francesa y, posteriormente, con el régimen napoleónico. Sus antecedentes artísticos se hallan en la obra de Poussin, especialmente en el gusto por el dibujo que ambos comparten. De su época intermedia destaca El juramento de los Horacios (1784), que se desarrolla sobre un fondo de columnas toscanas donde se sitúan sus personajes de anatomías clásicas. Las líneas rectas, verticales y horizontales contribuyen a dar equilibrio y estatismo a esta obra. Marat asesinado (1793) es una de las obras más sobrecogedoras de este artista. Nos presenta a Marat como alguien que muere por defender una ideología. En su rostro se dibuja una leve sonrisa, como si fuese conocedor de su fatal destino. David fue el pintor de Napoleón (La coronación de Napoleón, 1805-1807 y Napoleón cruzando el puerto de San Bernardo, 1800). El retrato de Madame Récamier (1813) guarda una estrecha relación con la escultura de Canova, Paulina Bonaparte representada como Venus victoriosa, tal y como hemos apuntado antes. 

David: Marat asesinado. Museos Reales de Bellas Artes. Bruselas

David: Napoleón cruzando el puerto de San Bernardo. Museo de Versalles. París

David: Detalle de Madame Récamier. Museo del Louvre. París


Antoine-Jean Gros (1771-1835) estudió con David y fue uno de sus más importantes discípulos. Pintó muchas de las batallas de Napoleón y se encargó de magnificar su imagen a través de sus cuadros (La batalla de Eylau, 1808, Napoleón y los apestados de Jaffa, 1804, y Napoleón joven en el puente de Arcole, 1799). El otro gran pintor neoclásico francés es Jean-Auguste-Dominique Ingres (1780-1867). Fue un hombre muy longevo (vivió ochenta y siete años) que poseía una sólida formación pictórica y musical. Estuvo en Roma y admiró especialmente la obra de Rafael, con el que se le ha llegado a comparar. Fue muy fiel a su estilo que pretendía ser el reflejo de un arte intemporal en el que el dibujo es un elemento fundamental. Conoció el Impresionismo, lo que no provocó en él ningún cambio estilístico. Trató temas mitológicos como La apoteosis de Homero (1827) o La fuente (1856). El dibujo es el elemento fundamental de sus cuadros, la pieza clave de los mismos, mientras que el color desempeña un papel secundario. En La bañista de Valpiçon (1808) refleja un ambiente íntimo, al tiempo que se detiene en la textura de la blanca y aterciopelada piel de la figura desnuda, como también sucede en La gran odalisca (1814). El único elemento de color que introduce es el pañuelo que la protagonista de la obra lleva en su cabeza. Una de sus obras maestras es El baño turco (1862)que pintó a los ochenta y dos años y en la que demuestra su fascinación por el mundo oriental, que más tarde será uno de los temas principales de la pintura romántica. En esta obra los cuerpos voluptuosos se agolpan en medio de un ambiente saturado por el valor magistralmente representado, tanto que casi se puede sentir.      

Ingres: La gran odalisca. Museo del Louvre. París

Ingres: El baño turco. Museo del Louvre. París

4.2. Pintores extranjeros en España durante el Neoclasicismo

Cuando Felipe V, primer monarca de la Casa de Borbón, llega a nuestro país (1700), se encuentra con una pintura que no tiene nada que ver con lo que él había conocido en Francia. Por este motivo hizo venir a España a una serie de extranjeros que ensombrecen a muchos de los artistas nacionales. Estamos ante pintores que poseen una fuerte formación académica y que destacan sobre todo en el retrato cortesano, aunque también cultivaron la pintura de género, los temas mitológicos y el paisaje.

El pintor extranjero más importante del Neoclasicismo español fue Rafael Mengs (1718-1799). Nacido en Bohemia, era hijo de un miniaturista empeñado en que su hijo se convirtiese en un gran pintor. Llegó a España de la mano de Carlos III para decorar los techos de varios salones del Palacio Real de Madrid. Trabajó para las principales cortes europeas: Suecia, Alemania, Nápoles, etc. Fue un férreo defensor del Neoclasicismo que se enfrentó a Tiepolo, el cual representa exactamente lo contrario: la exaltación del color. Gran retratista de la nobleza y la monarquía (Carlos III, María Luisa de Saboya), sus pinturas se caracterizan por la minuciosidad de su pincelada, la palidez de los colores y la frialdad escultórica de los mismos. 

Mengs: Carlos III. Museo del Prado. Madrid

En España, junto a Mengs, trabajaron otros pintores como el francés Jean Ranc, autor de retratos recargados y ceremoniosos que aprendió de la mano de Rigaud (Fernando VII niño). También se ocupó de temas mitológicos como Vertumo y Pomona en el que las figuras poseen una gran potencia volumétrica. Luis Miguel van Loo (1707-1771) hizo un retrato de la familia de Felipe V en que los miembros de la misma se encuentran en medio de una grandiosa y clásica escenografía. En una de sus obras mitológicas, El Amor educado por Venus y Mercurio, aborda el desnudo con una libertad absoluta, convirtiéndolo en el elemento prioritario del cuadro. El riguroso dibujo perfila anatomías tan perfectas como frías y sólidas, que parecen verdaderas esculturas que cobran entidad física y volumétrica. 

Entre los italianos que encontramos en España se encuentran Jacobo Amiconi y Corrado Giaquinto (bastante próximo al Barroco decorativo aún), pero sobre todo Giandomenico Tiepolo (1727-1804) que viene a España para pintar algunas estancias del Salón del Trono del Palacio Real de Madrid. Conviven en sus frescos formas muy poco definidas y vaporosas con otras bien perfiladas, dibujadas con una visión muy realista. No olvidemos que es un pintor veneciano y tiene un arraigado sentido del color. Su pintura es, en muchas ocasiones, susceptible de ser definida como impresionista, aspecto que originó, como ya se ha comentado, una fuerte controversia y enfrentamiento con Mengs. 

4.3. Pintores españoles neoclásicos

Francisco Bayeu (1734-1795), cuñado de Goya, estuvo más próximo a los italianos que a Mengs, aunque éste también ejerció cierta influencia sobre él. Fue un importante fresquista que demostró haber asumido un tema que tenía tan poca raigambre en España como el mitológico. Pintó algún que otro paisaje (El paisaje de las Delicias) y cartones para tapices que demuestran la influencia de Goya. Su hermano Ramón Bayeu también se dedicó a la pintura pero sin llegar nunca a superar a Francisco ni, por supuesto, a Goya. 

Mariano Salvador Maella (1739-1819) estaba rotundamente influido por Mengs. A él pertenece una serie sobre las estaciones del año que se conserva en el Museo del Prado y que da perfecta fe de esta influencia. El gran bodegonista español del siglo XVIII es Luis Meléndez (1716-1880). Se encuentra muy lejos de Zurbarán, bodegonista español por antonomasia, y se aproxima a los pintores holandeses. En lugar de organizar escrupulosamente los objetos ante los ojos del espectador, permite que estos se agolpen y se repartan en diversos planos.

Meléndez: Bodegón. Museo del Prado. Madrid

Los verdaderos clasicistas llegaron con los primeros años del siglo XIX y se ubicaron en Madrid. Son jóvenes artistas que han conocido en Francia la obra de David y han quedado marcados por ella. José de Aparicio (1770-1838) es uno de los que mejor representa esta corriente en España. Estudió en Valencia, Madrid y Roma junto a muchos maestros, pero estaba especialmente interesado en la obra de David. Gozó de gran fama en su época. Una vez en Madrid, llegó a ser director de la Academia de Bellas Artes de San Fernando. José de Madrazo (1781-1859) nació en Santander, pero estudió en Roma y en París, donde fue discípulo de David y de Canova. Para pintar una de sus obras más interesantes, La Muerte de Viriato, se inspiró en El juramento de los Horacios. Las similitudes son realmente grandes, en ambos casos estamos ante una composición excesivamente estudiada que puede resultar un tanto artificiosa. En este cuadro se representa a Viriato muerto en el interior de su tienda. Realiza además un buen número de retratos (Retrato ecuestre de Fernando VII, El conde de Vilches, etc.).


LA GÉNESIS DEL NEOCLASICISMO

"Fueron varias las causas que contribuyeron a atraer de nuevo la atención hacia el arte antiguo, a producir un nuevo interés por las formas clásicas, que se valoran entonces de muy distinto modo a como se las había considerado a partir del Renacimiento. Lo que se fragua entonces es una convicción de que el arte antiguo ofrecía posibilidades que jamás habían sido entrevistas. En 1719, eran descubiertas las ruinas de Herculano, sepultadas bajo la lava en la famosa erupción del Vesubio. La dureza de la lava había permitido obtener allí algunos hallazgos pero impidió su prosecución; en cambio, las excavaciones empezadas en Pompeya, en 1748, lograron enseguida un éxito mucho mayor, ya que aquella ciudad había quedado recubierta sólo por cenizas volcánicas: los monumentos no habían sido tan destruidos. y la menor dureza de las capas de recubrimientos facilitaba los trabajos de excavación. Estos habían revelado datos insospechados sobre la vida y el arte entre los antiguos. Y dichos resultados, acogidos con entusiasmo, habían abierto los ojos hacia un nuevo modo de contemplar las ruinas monumentales de Roma".

(PIJOAN, J. La reacción neoclásica, 1973)



A FONDO

LAS TRES GRACIAS
CANOVA

Canova es una de las piezas claves del Neoclasicismo. Nace en Possagno (Italia) en 1757 y muere en Venecia en 1822. En un primer momento se encuentra muy influido por uno de los grandes maestros de la escultura italiana: Bernini. Poco a poco, tras el estudio profundo de la escultura clásica en Roma, se va a ir liberando de esta primera influencia. Alcanzó un importante dominio de la técnica que le granjeó la admiración y el respeto de sus contemporáneos, trabajó, incluso, para el propio Napoleón, retratándolo como Marte pacificador. Sus esculturas son de una belleza formal realmente increíble, pero al mismo tiempo, frías e inexpresivas a tenor del espíritu neoclásico. Se busca "lo agradable según la razón" como afirmaba Winckelmann.

Las tres Gracias, que es el tema que nos ocupa, son deidades menores que acompañaban a Venus. En un primer momento no se especificaba su número concreto pero, con el paso del tiempo, el uso y quizá la comodidad iconográfica, se estableció que eran tres. Existe un texto de Wind que nos precisa más concretamente la valoración que las Gracias han tenido a lo largo de la Historia: "Así como la tríada de las Gracias significaba para los estoicos la liberalidad, para los neoplatónicos era un símbolo de amor que invitaba a las celestes meditaciones". Este mismo tema había interesado a otros muchos artistas anteriores a Canova como Rafael, o el propio Botticelli que las representa magistralmente en su obra La Primavera, como bellas mujeres plenas de encanto que danzan envueltas en telas transparentes.

En 1817 Canova finaliza esta obra. Antes de esculpirla realizó una serie de bocetos preparatorios. En algunos de ellos se pueden observar grupos de diosecillas rodeadas de putti que danzan. Es casi seguro que, para hacer estos bocetos, se inspirase en relieves y esculturas clásicas, especialmente en las de Fidias. Existen textos que así nos lo confirman, como aquella carta que Canova escribió en 1815 a su amigo Quatremère de Quincy en la que dice lo siguiente: "Así pues, las obras de Fidias son verdadera carne, naturaleza bella. Es carne el Mercurio sin brazos del Belvedere, es carne el Gladiador combatiente, carne las múltiples copias del Sátiro de Praxíteles, carne el Cupido, cuyos fragmentos se encuentran por todas partes, carne la Venus, y además una Venus de este Real Museo es verdadera carne, totalmente verdadera". Algunos de estos estudios previos están realizados sobre un lienzo oscurecido y las figuras se dibujan con rápidos trazos blancos. Este procedimiento responde a la necesidad de prever en este soporte los resultados que podría obtener cuando esculpiese el mármol de un blanco inmaculado. Las tres Gracias es un conjunto escultórico de una impresionante armonía. Las diosas desnudas entrelazan sus cuerpos de equilibradas anatomías, creando un esquema cerrado y un ambiente íntimo. Además de la complicidad de sus miradas, otro elemento al que el escultor ha recurrido para vincularlas, es la delicada tela que las acaricia deslizándose sobre las mórbidas carnes. Ensimismadas, permanecen totalmente ajenas a la presencia del espectador, que se ha de limitar a observar silenciosamente para no romper el encanto de la escena. En ningún momento es invitado a entrar en ella por ninguna de sus protagonistas. Las posturas son elegantes y las superficies, pulidas y blancas, pretenden aproximarse a los ideales escultóricos de la Grecia clásica, demostrándonos de esta manera que el artista del Neoclasicismo ignoraba que la mayoría de las esculturas clásicas estaban policromadas en vivísimos colores. Los perfiles de los rostros nos recuerdan a los relieves griegos, especialmente a los de Fidias que, como ya hemos tenido ocasión de comentar, Canova conocía sobradamente. Todo en ellas es equilibrio, serenidad, estabilidad y perfecta belleza. Frecuentemente, esculturas como estas serán la inspiración para cuadros de la misma época, puesto que se carece de restos pictóricos de la antigüedad griega.

La importancia de esta escultura ha trascendido a su propio tiempo. La fundación Thyssen-Bornemisza celebró en el año 1998 una exposición temporal en la que se analizaba el panorama europeo durante el siglo XVIII. A sus propios fondos se sumaban los procedentes de otros museos, entre los que se encontraba esta escultura que, además, era elegida como emblema de la misma. Las tres Gracias representan a la perfección el espíritu de una época en la que la Razón es fuente de equilibrio, al tiempo que se opone enérgicamente al exaltado espíritu barroco, reinventando, a su manera, la Antigüedad griega.




GLOSARIO

Ganímides
Era un joven del que se enamoró Zeus. El dios, bajo la forma de águila, raptó al muchacho y se lo llevó consigo al Olimpo. Una de las representaciones más curiosas del rapto de Ganímides es la que realizó Rembrandt por su personal interpretación del tema mitológico.

Marat asesinado
El 13 de Julio de 1793 Charlotte Corday asesina a Marat. Se le representa escribiendo en una bañera porque, debido a una grave enfermedad en la piel, Marat debía pasar bastante tiempo dentro del agua. La escena es de un gran dramatismo que se acentúa con la luz que recuerda a las obras de Caravaggio.

CITAS

"Diréis que me he figurado las construcciones a mi manera; pero imagináoslas a la vuestra; mostradme diseños de cualquier rigorista, de quien crea haber concebido un maravilloso proyecto para hacer una obra (...)".
Giambattista Piranesi

"(...) El compás de la razón jamás debe abandonar al ingenio de la arquitectura, que siempre ha de tomar como regla esta bella máxima: no hay belleza sin mesura".
Étienne-Louis Boullée

"(...) No ignora VMD. que los artistas del día están divididos en dos sectas, las cuales no sólo difieren en opiniones, sino que se baldonan mutuamente por ellas. Puede llamarse a unos idealistas y naturalistas a los otros".
Gaspar Melchor de Jovellanos

"No se ha dado ningún caso de un gran dibujante que no hubiera encontrado el color exacto y adecuado al carácter de su dibujo".
Ingres

"(...) su perfección (del dibujo) consiste en la corrección, esto es, en la exacta imitación de todas las formas, y del modo con que se presentan a nuestra vista, y en saberlas dar el carácter que las corresponde, eligiendo de la naturaleza el que conviene al asunto y objeto".
Anton Rafael Mengs