miércoles, 27 de abril de 2016

La arquitectura en el siglo XX

Tras el desarrollo del Modernismo se abre un nuevo horizonte para el arte de construir. La arquitectura intenta ser la respuesta antes las necesidades que plantea la nueva sociedad aprovechando al máximo el espacio, un bien preciado en las superpobladas urbes de nuestro siglo, y creando espacios dignos y habitables en los que se desterrará definitivamente cualquier referencia al pasado, algo a lo que contribuyó notablemente el Racionalismo. En este sentido, podemos afirmar que la arquitectura del siglo XX es autorreferencial.

Sólo a partir de los años 70-80 se vuelven a plantear profundas necesidades estéticas que, en algunos casos, se traducen en una vuelta al pasado y una revisión un tanto particular e irónica de la arquitectura clásica.

Frank Lloyd Wright: La Casa de la Cascada. Pensilvania


1. LOS RETOS DE LA ARQUITECTURA EN EL SIGLO XX

Son muchos los cambios que se van a producir en la arquitectura de este siglo. Algunos de ellos hunden sus raíces en hechos acaecidos en el siglo anterior, como la II Revolución industrial, que generó un tipo de sociedad diferente con nuevas necesidades que la arquitectura del siglo XX va a intentar solventar.

La gran mayoría de la población vive en las ciudades. La planificación de las mismas es uno de los objetivos de nuestro siglo. De este modo nacerán proyectos urbanísticos como el de Tony Garnier, el primer arquitecto que afrontó seriamente el crecimiento y la planificación conjunta de la ciudad y la arquitectura. En sus proyectos se empleaban los nuevos materiales que la industria había aportado al mundo de la construcción. No descarta la posibilidad de que la ciudad industrial sea un espacio fundamentado en el orden. Algunas de sus ideas se llevaron a la práctica en la ciudad de Lyon con bastante éxito. La ciudad de Brasilia proyectada por Niemeyer y Lucio Costa, es otra interesante prueba de la importancia que tuvo el urbanismo a principios de siglo.

Otro de los problemas que trae consigo el desarrollo de las ciudades es el importante crecimiento de la población y los problemas para encontrar una vivienda. La solución eran los rascacielos, que surgen a finales del siglo XIX en Estados Unidos y que se continúan construyendo a lo largo del XX. Con el rascacielos se consigue concentrar a un gran número de personas en un espacio relativamente reducido que podía reunir perfectamente condiciones de vida dignas. Con idéntica finalidad nacen las unidades de habitación, como las diseñadas por Le Corbusier. De lo anteriormente expuesto llegamos a una conclusión obvia: la forma ha de subordinarse a la función. Lo importante de un edificio es que sea funcional, que cumpla de la mejor manera posible la función para la que ha sido diseñado.

La aparición de nuevos materiales y su empleo en el mundo de la arquitectura seguirá avanzando. El muro tradicional será desplazado por el muro-cortina y la arquitectura tratará de alcanzar las formas transparentes y dinámicas.

Además, en el siglo XX se llega a algo que se había preludiado en el XIX durante el furor modernista: la ruptura con la tradición. Se pretende romper las cadenas que ligan al arquitecto al pasado y crear un nuevo lenguaje caracterizado por la libertad absoluta. Se rechaza cualquier referencia a estilos anteriores. Esto confiere a la arquitectura del siglo XX un carácter universal y autorreferencial: un edificio no deberá hacer referencia a nada, tan sólo a sí mismo. Éste es un aspecto que marcará, sobre todo, a la arquitectura racionalista de la que hablaremos a continuación.


2. LA ARQUITECTURA RACIONALISTA

2.1. El Racionalismo: significado y antecedentes

El Racionalismo plantea la búsqueda de una arquitectura basada en la Razón que se adecue perfectamente a la función para la que ha sido pensada. Es, por tanto, una manera de interpretar la arquitectura, en la que lo ornamental no tiene cabida. Se fundamenta en las formas puras y geométricas. Se prescinde de cualquier jerarquía o referencia al pasado. Si quisiéramos encontrar un antecedente de la arquitectura racionalista deberíamos remontarnos hasta el Neoclasicismo y, más concretamente, a su vertiente utópica, representada por Boullée y Ledoux. El antecedente más directo es el de la arquitectura de finales del siglo XIX y principios del XX en Estados Unidos, donde se comienzan a construir los primeros rascacielos, que encajarían perfectamente dentro de las características que perfilan la arquitectura racionalista como ya hemos visto. La Sezession vienesa también debe ser considerada otro punto de partida para el Racionalismo, más que cualquier otra forma de Modernismo, dado el predominio que existe en ella de líneas rectas y formas geométricas simplificadas.

En Europa, arquitectos como Adolf Loos, Peter Behrens y Auguste Perret, configuran lo que se puede denominar Protorracionalismo, preludio de la arquitectura puramente racionalista. Adolf Loos (1870-1933), de origen austriaco, estuvo en contacto con notables representantes de otras manifestaciones artísticas, como el pintor y escenógrafo Kokoschka, el escritor Tristan Tzara o el músico Alban Berg. La mayor parte de sus obras fueron para la ciudad de Viena. Estaba totalmente en contra de la ornamentación en la arquitectura. Ésta ha de ser _según él_ útil, y sus formas y volúmenes han de estar en relación al ser humano. 

Loos: Casa Steiner. Viena

Loos: Casa Loos en la Michaelerplatz. Viena

El arquitecto alemán Peter Behrens (1868-1940) es, ante todo, un arquitecto de fábricas, como la AEG o la Fábrica de turbinas de Berlín (1909). Aprovechó las cualidades de los diferentes materiales para conseguir la máxima economía y simplificación, características que no están reñidas con la estética. Auguste Perret (1874-1954) representa el Racionalismo en Francia y es el autor de la Casa Franklin de París (1902-1903), en la que se sirve del cemento armado, uno de los materiales que mayor número de ocasiones empleó, y del cristal.

Behrens: Fábrica de turbinas AEG. Berlín

Antes de finalizar este apartado, que pretende ser una breve introducción par el estudio de la arquitectura racionalista, deberemos hacer referencia al urbanismo representado a comienzos de siglo por Tony Garnier (1869-1948). Garnier nos ha dejado más muestras de su teoría arquitectónica que de construcciones. En 1904 presentó una ciudad industrial para 35.000 habitantes realizada con cemento armado y vidrio. Sus ejemplos más interesantes de arquitectura se hallan en la ciudad de Lyon. Su obra se sitúa en la línea de las utopías socialistas de Owen o Fourier.


2.2. La Bauhaus y sus arquitectos

En 1919, mediante la fusión de la Escuela de Artes Aplicadas y la Academia de Weimar, Walter Gropius crea en esta ciudad alemana la Bauhaus, a la que estuvieron ligados algunos de los más importantes arquitectos del siglo XX. Se trata, en realidad, de un instituto de artes y oficios en el que los alumnos diseñan todo tipo de objetos, con dos pretensiones fundamentales: superar la tradición y tener en cuenta las nuevas tecnologías surgidas como respuesta a las necesidades del individuo, tanto fisiológicas como psicológicas. En 1925 la escuela se traslada a Dessau, a un edificio que se construyó según un proyecto de Gropius. Éste fue el momento más interesante y productivo de la Bauhaus, el momento en el que más racionalistas se mostraron sus integrantes. Entre ellos se encontraban el propio Gropius y Meyer (este último sucedería a Gropius en la dirección de la academia). Fue clausurada en 1932, aunque se intentó reconstruir en Berlín bajo la dirección de Mies van der Rohe. Durante aquellos años se comercializó la producción industrial de modelos, alfombras, tejidos, etc.

Dentro de esta escuela se encuentran algunos de los más destacados arquitectos de nuestro siglo:
  • Walter Gropius (1883-1969) se formó en el estudio de Peter Behrens. Su primera obra importante fue la Fábrica Fagus (1911), concebida como una hermosa combinación de vidrio y hierro. Su gran obra es el edificio de la Bauhaus en Dessau, en donde colaboraron tanto los estudiantes como los docentes. La planta está formada por tres brazos que se extienden con libertad y que multiplica los puntos de vista. Los muros son de cemento armado y vidrio. En 1937 se trasladó a los Estados Unidos, en donde montó un estudio con Breuer. Su arquitectura supone el triunfo de la razón en un momento en el que las guerras representan la irracionalidad más absoluta.
  • Adolf Meyer (1881-1929) fue un importante colaborador de Gropius y profesor de la Bauhaus entre los años 1919 y 1925.
  • Mies van der Rohe (1886-1969) era hijo de un cantero y sus primeros pasos en el mundo de la arquitectura los da de la mano de Behrens. Conocía a Le Corbusier y a Gropius, al tiempo que admiraba la obra del arquitecto neoclásico Schinkel. La primera obra de este autor que podemos considerar revolucionaria data de 1919: el edificio de oficinas de la Friedrichstrasse de Berlín, tres torres unidas en el centro donde se situaron las escaleras y los ascensores. En 1923 y 1924 proyecta dos casas de campo y en 1929 el Pabellón de Alemania de la Exposición Universal de Barcelona, en el que demuestra que su arquitectura se fundamenta en el adecuado manejo de los materiales como el acero, el cemento armado y el vidrio, en los volúmenes nítidos y en el empleo del muro-cortina que sustituye al muro tradicional. En 1938 se vio obligado a emigrar a los Estados Unidos. Allí realizó el Illinois Institute de Technology de Chicago (1950-1956) y un importante número de rascacielos que parecen grandes cajas de cristal en los que se puede percibir la devoción que Mies siente por las formas puras.
Mies van der Rohe: Pabellón de Alemania de la Exposición Universal de Barcelona. Reconstruido en 1986



2.3. Le Corbusier

Charles Edouard Jeanneret (1887-1965) como se llamaba en realidad Le Corbusier, nació en Suiza aunque la mayor parte de su obra se desarrolló en Francia. Trabajó en los estudios de Behrens, Perret y Hoffmann. Con ellos, especialmente con Perret, aprende a utilizar el hormigón armado. Uno de sus primeros proyectos es el de Las casas Dom-Ino, en las que ya se contempla la posibilidad de que se reprodujesen en serie. Le Corbusier fundó junto con Ozefant y su primo, Pierre Jeanneret, un estudio del que salieron las primeras propuestas urbanísticas (proyecto para una ciudad de tres millones de habitantes). En 1926 realiza una de sus obras más conocidas: La Villa Savoye (1929-1931), en Poissy (Francia) que consiste en una estructura de hormigón armado encalada (estuvo durante toda sus carrera influido por la arquitectura mediterránea) que se fundamenta en los cinco puntos que reúne su arquitectura:
  • Empleo de pilotis: el edificio no se asienta directamente sobre el suelo. Se trata de que esté lo más separado posible de la tierra, y se consigue, además, que este espacio sea transitable.
  • Terraza jardín: es factible gracias al uso del hormigón, con el que se realizan techos planos. Las uniones del techo de hormigón se rellenan con arena que protege de las oscilaciones térmicas.
  • La fachada libre.
  • Multiplicación indefinida de los vanos: los ventanales corridos están divididos por varillas metálicas y tienen mayor tamaño, llegan a invadir el muro, puesto que éste ya no tiene la función tradicional de actuar como muro de carga.
  • La planta libre: al variar la función tradicional del muro, tal y como hemos apuntado anteriormente, las plantas son muchísimo más libres.
Le Corbusier: Villa Savoye. Poissy

En 1948 publica una especie de tratado, Le modulor, en el que se recogen todas sus propuestas urbanísticas. Le Corbusier fue un gran teórico, pero no de carácter utópico, sino que la mayor parte de sus teorías se aplican en sus obras. Por ejemplo, en Le modulor estudiaba los movimientos de un hombre de 1,83 m de alto e intentaba que sus arquitecturas estuviesen realizadas a una escala humana y sirviesen para ajustarse adecuadamente a sus necesidades. Estas teorías tuvieron una aplicación inmediata en la Unidad de Habitación de Marsella (1946-1952), conjunto destinado a familias obreras, en el que se busca sobre todo la habitabilidad y la calidad a bajo precio. En ella, los bloques que la integran se disponen espaciosamente sin interferirse unos a otros y sin quitarse la luz.

Le Corbusier: Unidad de Habitación. Marsella

En 1950 se produce un importante cambio en la trayectoria de Le Corbusier. Se suaviza su Racionalismo y se aproxima al Organicismo. En 1955 realiza una de sus obras maestras: La iglesia de Notre-Dame du Haut en Ronchamp. Su planta es irregular y ondulante y los muros están ligeramente inclinados. Este edificio está cubierto con un gran elemento curvado que parece una inmensa hoja. En este caso, Le Corbusier recurre a la propia naturaleza para inspirarse. Distribuidas libremente a lo largo del muro se encuentran pequeñas ventanas de vidrios de colores que concentran la luz en puntos muy concretos del suelo. Parece, más que una arquitectura, una escultura gigantesca, en la que la exaltación de la materia y la búsqueda del dinamismo son los aspectos fundamentales. Existe mucho del Expresionismo en esta obra.

Le Corbusier: Iglesia de Notre-Dame du Haut. Ronchamp



3. EL ORGANICISMO: FRANK LLOYD WRIGHT

Por arquitectura orgánica debemos entender todas aquellas manifestaciones arquitectónicas que tratan de adecuarse y aliarse con la naturaleza. Esta idea la podemos encontrar en la arquitectura desde tiempos muy remotos, pero la verdadera formulación teórica del Organicismo la hace Frank Lloyd Wright (1869-1959), tal y como la indica Bruno Zevi:
  • El sentido de lo interior como realidad.
  • La planta libre como flexibilidad y continuidad de ambientes.
  • La unidad entre el exterior y el interior.
  • El uso de materiales naturales.
  • La casa como protección.
Con las aportaciones a la arquitectura de Wright, el Racionalismo comienza a ser olvidado y se ensayan nuevos caminos para la arquitectura. Él se encarga se oponer la curva a la línea recta, característica del Racionalismo.

Wright, desde muy pronto, se interesó e investigó las relaciones entre el hombre y la arquitectura, y de ésta última con la Naturaleza. Este arquitecto era de origen norteamericano, viajó por Europa entre 1909 y 1911 y trabajó en Tokio, donde conoció la arquitectura japonesa que le fascinaba, lo mismo que los templos mayas de Yucatán. De esto podemos deducir que la formación de Wright es cosmopolita y amplia. En la segunda mitad de los años treinta realizó la Casa Kaufmann o Casa de la Cascada (1936), bella simbiosis entre arquitectura y naturaleza.

Frank Lloyd Wright: La Casa de la Cascada. Pensilvania

En los últimos años de su vida experimentó con las formas curvas e imaginativas en las plantas como demostró magistralmente en el Museo Guggenheim de Nueva York (1943-1958). En este caso se esforzó por dotar al museo de dos aspectos fundamentales. En primer lugar, se encargó de que fuese un lugar luminoso en el que sobresaliese una luz controlada que no se refleje sobre la superficie de los cuadros. Por otro lado, quiso que fuese un espacio para disfrutar, un espacio agradable, que se recorre ascendiendo por una rampa y de un modo continuo que permite que el museo se transmite sin rupturas, como algo progresivo.

Frank Lloyd Wright: Museo Guggenheim. Nueva York



4. LA ARQUITECTURA EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX

4.1. Los años 50

A partir de la segunda mitad del siglo XX la nota que mejor define la arquitectura va a ser la diversidad.

Aparece en escena una serie de arquitectos que, siguiendo el ejemplo dado por Le Corbusier en sus últimas obras, interpretan la arquitectura como si de un objeto escultórico se tratase.

Este es el caso de Pierluigi Nervi (1891-1979), ingeniero de origen italiano que colaboró con Gio Ponti en la Torre Pirelli (1955-1959, Milán), un verdadero rascacielos de gran altura en el que se emplea el muro-cortina. Esta obra, no será, sin embargo, una de las que mejor represente su manera de interpretar la arquitectura. Basará la mayor parte de sus creaciones en tres aspectos: la cúpula esférica, la bóveda cilíndrica y los pilares inclinados en forma de "Y".

Pierluigi Nervi: Palacio de Exposiciones. Turín

En esta línea se encuentra Félix Candela, nacido en Madrid en 1910, pero afincado en Méjico, en donde realizó la mayor parte de sus obras, en las que recurre continuamente a las formas parabólicas.

Jorn Utzon, nacido en Copenhague en 1918, es el autor de la Ópera de Sydney (iniciada en 1957) tras ganar el concurso internacional de proyectos convocado a la sazón. Este edificio está realizado con inmensos cascarones blancos prefabricados de cemento armado colocados sobre una plataforma que avanza hacia el mar.

Eero Saarinen (1910-1961) realizó la Terminal aérea de TWA en el Kennedy Airport de Nueva York, obra inspirada en un gran pájaro con las alas desplegadas. Algunas de las primeras obras de Kenzo Tange se encuentran en esta misma línea (Piscina olímpica de Tokio, 1964).

Kenzo Tange: Estadio Olímpico. Japón

El Nuevo Brutalismo surge a partir de 1954 de la mano de los arquitectos ingleses Allison y Peter Smithson. El Brutalismo es, ante todo, una exaltación de los materiales y de su capacidad expresiva. La primera obra importante que podemos considerar brutalista es la Escuela de Hunstanton (1951-1954), en la que se dejan a la vista el ladrillo y el acero, así como las instalaciones (tuberías, conductos, etc.). En Estados Unidos estuvo representada por P. Rudoph y Louis Kahn. Sobre Kahn (1901-1974), artífice del Palacio de la Asamblea de Dacca en Pakistán, o el Centro para la comunidad judía de Trenton, dice Josep María Montaner: "La voluntad de trascendencia y permanencia que expresa su arquitectura se ve ligada a su influencia del pensamiento de Platón y Heiddeger, es expresión de su convencimiento de que la recuperación de la dignidad humana se va a producir a través de la dignificación de la arquitectura de las instituciones humanas".

En Italia encontramos gran variedad en el panorama arquitectónico. Sobresalen ejemplos como la Torre Velasco (1958) del grupo B.B.R.P. Se trata de una revisión del Racionalismo pero contemplando, al mismo tiempo, la tradición, puesto que está inspirada en la arquitectura medieval italiana, y exaltando la potencia matérica. Por otro lado, destaca la arquitectura de los barrios de la ciudad de Roma recogida en las películas del Neorrealismo italiano, y representada por arquitectos como Ridolfi o Vittorio Gregotti.

Alvar Aalto (1898-1976) representa la arquitectura finlandesa de este momento. En sus obra se funde el espíritu racionalista con la tradición popular y los materiales tradicionales, preferentemente madera. Son edificios cálidos y adecuados a la dimensión del ser humano, en los que es posible percibir la influencia de Wright. Realizó con éxito varios edificios de exposiciones.

Alvar Aalto: Edificio del Ayuntamiento. Helsinki


4.2. Los años 60

Los años 60 son tiempos de revolucionarios y de utópicas propuestas, dentro de las que sobresalen las de arquitectos japoneses, los más creativos e innovadores del momento. Ellos son quienes pondrán en funcionamiento las novedades tecnológicas que habían aparecido en aquellos años.

El urbanismo experimenta un extraordinario, pero sobre todo, revolucionario cambio. Se revisan los modelos urbanísticos vigentes en Occidente y se buscan soluciones alternativas. Una de las propuestas más interesantes y sorprendentes es la del Grupo Archigram, de origen inglés, procedente de la estética pop y del mundo del cómic, que llegó a diseñar una ciudad que se podía mover gracias a las patas de las casas que se asemejan a grandes naves espaciales.

Japón va a desempeñar un papel fundamental en estos años, realizando aportaciones extraordinarias. Uno de los arquitectos más interesantes es Kenzo Tange, que junto con Korokawa y Arata Isozaki, representan lo que se ha venido denominando Metabolismo que se fundamenta en los siguientes aspectos: 
  • Las megaestructuras: torres formadas por diversas células prefabricadas con forma de cubos o módulos que se van agregando a un eje central (Torre-cápsula de Nagakin de Kurosawa).
  • Vigas voladizas como elementos horizontales volados que refuerzan la sensación de horizontalidad de algunos edificios.
  • Mallas colgantes utilizadas sobre todo por un arquitecto alemán llamado Frei Otto (Pabellón de la República Federal Alemana en la Exposición Universal de 1967 en Montreal).
  • Se construyen edificios como grandes cajas cúbicas cerradas por muro cortina.
Este último elemento seguirá siendo esencial en la elevación de rascacielos, que durante estos años se van a continuar construyendo como fruto de las investigaciones, tanto tecnológicas como formales, que se estaban alcanzando en este terreno. Especialista en este tipo de construcciones es el Grupo S.O.M., autores del John Hanckock Center de Chicago. Ellos se encargaron de estudiar los mecanismos necesarios para dar mayor estabilidad a los rascacielos en caso de movimientos sísmicos.

Grupo S.O.M.: Torre Sears, Chicago.

Antes de finalizar nos referiremos a Richard Fuller (1895-1983) que, en 1967, hizo el pabellón de los Estados Unidos en la Exposición de Montreal. Se trata de un espacio cubierto con una imponente cúpula geodésica que le llevó muchos años de investigación.


4.3. La arquitectura posmoderna

Charles Jencks se encargó de codificar y de resumir los aspectos fundamentales de la arquitectura posmoderna. En su obra El lenguaje de la arquitectura posmoderna traza un árbol genealógico de la misma y establece los elementos que dan paso a la Posmodernidad. Durante los años 80 se revitaliza un tema que había permanecido olvidado prácticamente desde los comienzos del siglo XX: la pervivencia de la arquitectura clásica.

Venturi y Aldo Rossi son dos de los arquitectos más representativos de la Posmodernidad. Robert Venturi nació en Filadelfia en 1925. Está muy próximo al Pop-art y al Archigram y absolutamente opuesto al movimiento Moderno. Sus obras son eclécticas, ambiguas e irónicas y demuestran su preocupación por la relación función-forma. Entre sus creaciones más interesantes se encuentra la Venturi House (1962), en Chesnut Hill.

Aldo Rossi (1923-1997) fue redactor de la revista italiana Casabella. La mayor parte de sus edificios se caracterizan por la simplicidad, el orden simétrico de las fachadas, la pureza de sus líneas, incluso, podemos hablar de Clasicismo dado que respeta las leyes clásicas de la composición. También se le ha considerado un neorrealista. Su arquitectura se debe relacionar con la pintura metafísica de Giorgio de Chirico, que en sus cuadros pinta arquitecturas muy similares a las que hizo Rossi: arcos de medio punto, edificios rojizo que es la misma tonalidad que tienen algunas de las obras de Rossi al utilizar el ladrillo, etc. A través de la clasificación de la arquitectura posmoderna en los años 80 que hizo Jencks, arquitecto y teórico norteamericano, podemos ir citando y conociendo a algunos de los arquitectos más interesantes de este momento y su postura con respecto a la arquitectura clásica:
  • Irónico: se emplean elementos clásicos sueltos, inconexos, deslabazados, con una gran dosis de ironía. En este caso se encuentran Graves (Ayuntamiento de Portland) y Moore (Plaza de Italia en Nueva Orleans).
  • Latente: del Clasicismo toman los principios de organización de los elementos, pero no los elementos en sí ni su vocabulario formal.
  • Fundamentalista: se trata de extraer los elementos geométricos esenciales, la esencia misma del Clasicismo, sus rasgos fundamentales. Dentro de este grupo están Aldo Rossi y el arquitecto español Rafael Moneo.
  • Canónico: la postura más retardataria de todas ellas. Es la que más cercana está de todas al revival. Tiene gran incidencia en países como Reino Unido y Estados Unidos. Ricardo Bofill es un buen ejemplo de ello.
  • Moderno: dentro de esta línea se plantea que lo clásico es un ideal permanente que se puede compatibilizar con nuevas teorías en una especie de eclecticismo.
Rafael Moneo: Aeropuerto de Sevilla


5. LAS ÚLTIMAS PROPUESTAS: DECONSTRUCCIÓN Y HIGH TECH

En el grupo de los Five Architects, formado por Meier, Hejduk, Tafuri y Graves, se incluye Peter Eisenman, uno de los arquitectos más revolucionarios e interesantes de nuestro siglo. Es el punto de partida de la Deconstrucción, que propone la disgregación del edificio. La función se separa definitivamente de la forma. Por este motivo, Eisenman realiza arquitecturas que son puras formas en las que no existe un eje o un punto central, sino que éstas se diseminan libremente en el espacio, no teniendo por qué estar dotadas de función alguna. Él se preocupa, única y exclusivamente, de experimentar con las formas, en las que introduce el color. En el año 88 se celebra una exposición en el MOMA  de Nueva York sobre la Deconstrucción, de la que formaban parte varios autores, entre ellos Frank Gehry (autor del edificio que acoge la colección de la Fundación Guggenheim en Bilbao, 1997), quien está bastante relacionado con el Arte Pop y es el autor de edificios realizados con materiales poco nobles y de grandes volúmenes superpuestos.

El High Tech, otra de las propuestas arquitectónicas más recientes, está basado en el uso de tecnología punta, de los más nuevos adelantos tecnológicos. Esta corriente está representada por Renzo Piano y Richard Rogers; juntos realizaron el Centro de Arte Contemporáneo Georges Pompidou de París en el que se emplean materiales muy sofisticados y no se ocultan los elementos estructurales (las escaleras metálicas van por el exterior del edificio). Norman Foster (nacido en 1935) también se encuentra en esta línea, pero no hace tanta ostentación d ella tecnología. Se decanta por la utilización de volúmenes limpios y muros de cristal, en los que durante el día se refleja el entorno del edificio. Jean Nouvel (Fumel, Francia, 1945), autor del Instituto del Mundo Árabe (1981-1987), participa de las ideas de los arquitectos que utilizan las nuevas tecnologías.

Rogers y Piano: Fachada del Centro de Arte Contemporáneo Georges Pompidou. París

Jean Nouvel: Instituto del Mundo Árabe. París




LAS CONSTRIBUCIONES DE LA BAUHAUS A LA ARQUITECTURA DEL SIGLO XX

"La paradoja que surge de la historia turbulenta de la Bauhaus es que aunque fue fundada con un espíritu que reconocía una importancia suprema en el edificio, durante los primeros ocho años, no se estudió la arquitectura en su justo lugar. A pesar de todo, todavía se hace sentir su influencia en la utilización de componentes prefabricados producidos en masa y en el diseño funcional de muchas de las nuevas viviendas de hoy. La Bauhaus también contribuyó a cambiar la manera en que se enseña arquitectura, sobre todo en los Estados Unidos, al ofrecerles a los estudiantes un entretenimiento práctico en las artes y los oficios, favoreciendo que el Modernismo fuese una de las materias que se impartieran en las clases".

(PEEL, L. Arquitectura del siglo XX, 1989) 



A FONDO

EL MUSEO GUGGENHEIM DE BILBAO
FRANK O. GEHRY
  
Frank O. Ghery nace en Toronto, Canadá, en 1929 y cursa estudios de Arquitectura en la Universidad de Southern California. Desde 1991 es miembro de la Academia americana de Artes y Ciencias. Sus obras se reparten por Estados Unidos, Europa y Japón y, en todas ellas, la creatividad y la desbordante fantasía son la nota predominante.

En Octubre de 1993 se inicia la construcción del Museo Guggenheim de Bilbao. Para llevar a cabo este proyecto se invierten, aproximadamente, unos 140 millones de euros. Se trata de un espacio que alberga una parte de la colección Guggenheim, una colección privada formada por obras de arte de finales del siglo XIX y de todo el siglo XX. Las otras sedes de la colección se encuentran en Nueva York, en un edificio que es obra de Frank Lloyd Wright, y en Venecia.

Los materiales fundamentales utilizados para su construcción son la piedra, parte de la cual es una piedra caliza bastante compacta de color ocre traída desde Granada, el cristal, los tubos metálicos, que constituyen el esqueleto de esta colosal obra y 33.000 placas de titanio, cuyo peso es de unas sesenta toneladas. Estas placas revisten la superficie del museo y se unen unas a otras mediante grapas. Para llegar al museo se debe atravesar el puente de La Salve que cruza la ría del Nervión. Una vez en el interior del mismo los puntos más importantes son:
  • El atrio: un área acristalada que se eleva más de 30 metros por encima de la ría. El punto de referencia que Gehry tomó para su realización es la película Metrópolis de Fritz Lang, a la que se alude en la unidad 27.
  • El Palio: es una immensa columna de hormigón.
  • La "bota": en su interior están las escaleras del atrio.
  • El jardín acuático: en el que está programada la realización de La fuente de fuego, una creación de Yves Klein consistente en tres surtidores de los que saldrán llamas de colores.
  • La galería 202: un espacio de 300 metros cuadrados.
  • Área de oficinas y administración Potemkin.
  • Fish o Volumen M3: en el que tendrán lugar las exposiciones temporales.
  • La Torre: se trata de un elemento decorativo y simbólico carente de funcionalidad. No está recubierta, como la mayor parte de la superficie del museo, por placas de titanio, sino que el esqueleto estructural de tubos está revestido con láminas de piedra caliza.

La iluminación, uno de los elementos clave en un museo, está cuidada con esmero. La mayor parte de las galerías están dotadas de lucernarios en los que la cantidad de luz deseada se puede regular gracias a unas cortinas motorizadas.

El aspecto exterior del museo es el de una inmensa escultura de formas ondulantes y dinámicas que invitan a pensar en el arte futurista y en la arquitectura de la Deconstrucción.

Desde el momento en que se idea hasta su inauguración, en octubre de 1997, mucho se ha escrito sobre él. Una de las interpretaciones, entendemos, más interesante, es la expresada por Rafael Moneo, uno de los arquitectos españoles más importantes y creador del Museo de Arte Romano de Mérida, tomada del diario El Mundo del 18 de octubre de 1997: "Con el Guggenheim, la arquitectura se convierte en espejo de la sociedad, probando que un edificio es capaz de asumir una forma simbólica, que puede representar un ambicioso programa. (...) Pero no sólo se trata de subrayar el modo en que el edificio de Gehry cumple con el deseo de dar forma a la esperanza. El Guggenheim de Bilbao muestra, una vez más, el talento de Gerhy para enfrentarse a los problemas específicos y, en particular, su talento como urbanista: Gerhy ha pretendido que el Guggenheim fuese un nexo de unión, más allá de lo simbólico, en la fragmentada ciudad que hoy es Bilbao al provocar desde el interior una visión cruzada de la ciudad que nos hace sentir que el Museo Guggenheim va a ser, en efecto, el nuevo corazón, el centro de gravedad de un Bilbao renovado". Esta obra demuestra que uno de los principales objetivos de la arquitectura del siglo XX y, al mismo tiempo, uno de sus principales campos de experimentación son los espacios museísticos.





CITAS

La Fábrica Fagus
"Su proyecto supera netamente al de Behrens para la AEG. Sólo algunos detalles de las ventanas muestran la influencia de aquél. Por primera vez se concibe la fachada entera de vidrio".
Pevsner

"No puede comprenderse el fenómeno brutalista sin darse cuenta de que la nueva historiografía artística ha penetrado en profundidad en el pensamiento arquitectónico progresivo y en los métodos de enseñanza, así como en el propio lenguaje adoptado en las relaciones entre arquitectos y críticos".
Banham

"La forma de un edificio no se desarrolla a partir de las condiciones materiales de un objetivo. Un edificio no tiene por qué revelar su función utilitaria, no es expresión de una estructura y de una construcción, no es refugio ni cobertura. Un edificio es él solamente".
Venturi


GLOSARIO

Muro-cortina
A partir de el momento en que el muro pierde, en cierta manera, la función sustentante, los materiales tradicionales pueden ser sustituidos por otros más ligeros, generalmente, vidrio. De esta manera el muro-cortina es una simple separación entre el interior y el exterior del edificio.

Cúpula geodésica
Son grandes esferas realizadas con pequeños tetraedros de aluminio, bastante económicas al tiempo que livianas y resistentes. Permitían cubrir grandes espacios con pocos puntos de apoyo.

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